NOCIONES SOBRE LA CORRUPCIÓN, A NIVEL INTERNACIONAL Y EN MÉXICO.

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                                       Autor: Luis Raúl Delgado Antonio

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Corrupción y/o corrupto. Son palabras de las cuales hemos escuchado o leído en algún lugar, ya sea en la calle, en la escuela, en casa o en el trabajo, en la tv, periódicos, redes sociales, etc., cuyo origen parece emanar de las clases más privilegiadas de una sociedad, particularmente se ha convertido en un sinónimo o pleonasmo de la clase política y de la profesión policial en estos tiempos, sin embargo, poco sabemos de su origen y significado, de lo que implica su uso o de a quienes podemos adjetivar más allá del uso popular acostumbrado. Se trata de un fenómeno social, político y económico que impide el eficaz desarrollo de nuestras sociedades, del cual, probablemente hemos sido afectados de manera directa o indirecta y quizá hasta hemos participado en su gestación de manera consiente o no, por lo que es de suma importancia instruirnos un poco más en este tema, en consecuencia, voy a desarrollar algunos de los aspectos más básicos sobre este fenómeno.

Antecedentes.

El antecedente más antiguo sobre un acto de corrupción se ubica en la baja Mesopotamia, en Sumeria, considerada como la civilización más antigua del mundo, pues en un ensayo sumerio dedicado a la vida de los estudiantes, se relata que uno de ellos al regresar a casa
les platica a sus padres que el maestro le había reclamado y dado unos latigazos por faltas, impuntualidad y mala escritura, a lo que los padres invitaron5380982_69e004c775_l a comer al maestro; cuando este llegó lo sentaron en un sitio de honor, le ofrecieron vino, ropas nuevas y joyas, a lo que el maestro agradecido, se dirigió a su alumno diciéndole:
“Puesto que no has desdeñado mis palabras… Te deseo mucho éxito… Has cumplido bien con tus obligaciones escolares y te has transformado en un hombre de bien” (Zavala, 2016).

Por otra pabusto-aristoteles-frasesrte, Aristóteles es el primero en utilizar la palabra corrupción, recurrió a ella para referirse a la degeneración que alcanzan las formas de gobierno monárquico, aristocrático y democrático, cuyas formas corruptas son tiranía, oligarquía y demagogia respectivamente (Aristóteles, La Política, p. 232-367).

 

Significado.

Etimológicamente, la palabra corrupción proviene del latín corrompere que se compone a su vez por las palabras en latín cor (corazón) y rumpere (romper)[1] que significa “romper algo entre dos, destruir conjuntamente su integridad” (Llaca, 2005), filosóficamente, la corrupción es la perdida de la esencia de un objeto o valor; mientras que el verbo hace referencia a la degradación o descomposición de algo, alterándose las propiedades básicas.

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Definición.

La corrupción es un fenómeno muy complejo por las causas y factores que inciden en él, así como de las áreas en las que tiene efecto y de la gran gama de conductas que dan origen a esta; más allá de las cuestiones legales, se trata de un fenómeno cultural, que varía de un lugar a otro según los códigos socio-culturales de lo que es permitido o no en un tiempo determinado, por ello es que ha sido muy difícil establecer una definición sólida que contemple todos estos aspectos y que sea eficiente para todo el mundo.

Si bien ha sido complicado definirla, existen organizaciones o autores que han dedicado tiempo a investigar el fenómeno, los y las cuales han emitido sus propias definiciones de corrupción, no obstante, se ha podido establecer que la corrupción se presenta cuando una persona o grupo de personas hacen o dejan de hacer en perjuicio de los bienes de una sociedad. Al respecto, el Banco Mundial reconoce que la corrupción abarca una amplia gama de acciones humanas, por lo que buscó una definición mediante la identificación de actividades específicas o de transacciones (bancarias/comerciales) que pueden caer dentro de ella, en consecuencia definen a esta de una manera útil como “el abuso del funcionario público para beneficio privado” (The World Bank Group, 1997).

Por otra parte, la RAE[2] la define como una práctica consistente en la utilización de las funciones y medios, en provecho económico o de otra índole, de sus gestores en organizaciones, especialmente las públicas.

Mientras que La Convención de las Naciones Unidas contra la Corrupción, la define como

“una plaga insidiosa que tiene un amplio espectro de consecuencias corrosivas para la sociedad. Socava la democracia y el estado de derecho, da pie a violaciones de los derechos humanos, distorsiona los mercados, menoscaba la calidad de vida y permite el florecimiento de la delincuencia organizada, el terrorismo y  otras amenazas a la seguridad humana” (UNODC, 2004, p. 3).

Cuyo fenómeno se presenta en todos los países, pero afecta en mayor medida a los más pobres porque desvía los recursos destinados al desarrollo, debilita la capacidad de los gobiernos de ofrecer servicios básicos, incita la desigualdad y la injusticia, en fin, es el obstáculo para mejorar las condiciones de desarrollo en todos los sectores de un país.

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Corrupción a nivel internacional.

Cuando la palabra “corrupción” apenas se pronunciaba en ámbitos oficiales, la Asamblea General de las Naciones Unidas estableció el 4 de diciembre del año 2000, un comité especial encargado de negociar un instrumento jurídico internacional eficaz contra la corrupción, derivado de la preocupación y compromiso de la comunidad internacional por frenar la corrupción y su impacto devastador; dicho proyecto dio lugar a la Convención de las Naciones Unidas contra la Corrupción, celebrada en Mérida México[3] en diciembre del 2003, la cual tiene como finalidad:

  • Promover y fortalecer las medidas para prevenir y combatir más eficaz y eficientemente la corrupción;
  • Promover, facilitar y apoyar la cooperación internacional y la asistencia técnica en la prevención y la lucha contra la corrupción, incluida la recuperación de activos;
  • Promover la integridad, la obligación de rendir cuentas y la debida gestión de los asuntos y los bienes públicos.

Así mismo, la Convención clasifica y describe una serie de conductas, para que cada Estado Parte adopte las medidas legislativas y de otra índole, que sean necesarias para tipificar como delitos propios de corrupción, a: 1) Soborno de funcionarios públicos nacionales. 2) Soborno de funcionarios públicos extranjeros y de funcionarios de organizaciones internacionales públicas. 3) Malversación o peculado, apropiación indebida u otras formas de desviación de bienes públicos por un funcionario público. 4) Tráfico de influencias. 5) Abuso de funciones. 6) Enriquecimiento ilícito. 7) Soborno en el sector privado. 8) Malversación o peculado de bienes en el sector privado. 9) Blanqueo del producto del delito. 10) Encubrimiento. 11) Obstrucción de la justicia.[4]

Entre otras cosas, la Convención también hace la recomendación sobre medidas preventivas, participación ciudadana, códigos de conducta para funcionarios públicos, protección y apoyo a víctimas o denunciantes, la cooperación entre organismos nacionales, la no menos importante cooperación internacional y la evaluación entre países.

Hasta ahora, cada país ha adoptado medidas pertinentes en el combate a la corrupción de acuerdo a sus capacidades, al respecto, el Índice de Percepción de la Corrupción (CPI) de Transparencia Internacional, cuya última actualización salió el pasado 27 de enero de 2016, cuantifica y ordena realidades sutiles como la percepción de la corrupción, ofreciendo una clasificación de 175 países según su nivel de corrupción, en función de la percepción que tienen los ciudadanos sobre este fenómeno, el cual, si bien no muestra con exactitud los esfuerzos y resultados de dichos países en el combate a la corrupción, sí nos sirve como referencia de su evolución a nivel internacional, ubicando a los países más corruptos en 2014 a: Somalia, Corea del Norte, Sudán, Afganistán y Sudán del Sur; mientras que en 2015 solo vemos un leve cambio entre Afganistán y Sudan. Por otro lado, los países menos corruptos en 2014 fueron: Dinamarca, Nueva Zelanda, Finlandia, Suecia y Noruega; en 2015 Dinamarca continúa siendo el país menos corrupto del mundo, Finlandia y Suecia mejoran un poco su situación mientras que a Nueva Zelanda no le va tan bien y pasa del segundo al cuarto lugar.

Corrupción en México.

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El soborno, uso privado de bienes públicos, el castigo al inocente, el premio a quien no lo merece, el contrabando… se tratan de prácticas bien conocidas, de formas de conducta en las que, de uno u otro modo, incurre la inmensa mayoría de la población y que sin embargo no comprende lo que significa, y no significa otra cosa, más que una sociedad en estado de descomposición y en consecuencia, tiene necesariamente que ser una sociedad injusta.

El desarrollo de la corrupción en México tiene su orígenes en la época colonial, cuando el poder patrimonial absoluto de los monarcas españoles sobre sus dominios eran transferidos a sus representantes en las “Indias”, convirtiendo el ejercicio de los puestos públicos en negocio privado, cuyo enriquecimiento de los oficiales con sus puestos no estaba mal visto por la Corona (Krauze, 1995).

Como mencioné anteriormente, en los primeros pasos para enfrentar a la corrupción a nivel internacional, México se ofreció como anfitrión de una “conferencia política de alto nivel” con objeto de firmar la Convención de las Naciones Unidas contra la Corrupción, también conocida como la Convención de Mérida, celebrada del 9 al 11 de diciembre de 2003 en Mérida Yucatán.

Sin embargo, el pasado 27 de enero de 2016, según datos del Índice de Percepción de la Corrupción 2015[5], México es el último lugar entre los 34 países miembro de la Organización para la Cooperación y del Desarrollo Económicos (OCDE) en materia de corrupción, obteniendo una puntuación de 35, con lo que se mantuvo sin cambios en comparación con los resultados del 2014, además, los niveles de percepción de la corrupción ubican al país en la posición 17 de entre las 20 economías más importantes a nivel global (Corruption Perceptions Index, 2015).

Sin embargo, los mexicanos nos sentimos honestos, la percepción de corrupción en nuestros círculos cercanos es baja. De acuerdo con la Encuesta Nacional de Impacto y Calidad Gubernamental del INEGI[6]:

  • 43% de los mexicanos cree que sus familiares nunca son corruptos.
  • 38% cree que sus vecinos nunca son corruptos.
  • 20% cree que sus compañeros de trabajo nunca son corruptos.

No obstante, en 2013 se registraron más de 4 millones de actos de pequeña corrupción (ENCIG, 2013).

Tipos de corrupción.

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En general, entre una y otra postura teórica, se identifican tres tipos básicos de corrupción:

  • Corrupción sin robo. Por lograr acelerar la materialización de algún derecho específico del ciudadano o identidad legal; por ejemplo, si una persona soborna a un funcionario público a cambio de que le otorguen el pasaporte.
  • Corrupción administrativa. Que viola las reglas legales o la aplicación parcial de éstas.
  • “Captura del Estado”[7]. Corrupción orientada a cambiar las reglas y regulaciones en reglas y regulaciones que favorezcan el interés del corruptor; es decir, las políticas públicas son decisivamente influenciadas por el soborno de legisladores en manos de unos pocos oligarcas (Begovic Boris, 2005).

 

Estructura biopsicosocial del sujeto corrupto.

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La corrupción, si bien es un fenómeno presente en todas las sociedades, cuyas conductas pueden ser llevadas a cabo por cualquier ser humano, es más frecuente en aquellos que se desenvuelven en los sectores de la política, el mundo empresarial y financiero, es una práctica en la que pervertir, depravar y sobornar, se convierten en el modus operandi del corrupto en perjuicio del interés colectivo de la ciudadanía.

El sujeto o la persona corrupta, es definida por la RAE como aquel “que se deja o ha dejado sobornar, pervertir o viciar//Dañado, perverso, torcido.”

Biológicamente, la corrupción no tiene nada que ver con el código genético. Inclusive, si fuera históricamente imposible encontrar rastros de alguna sociedad que hubiera sido “inmune” o ajena a la corrupción, no bastaría para hacer una tesis biológica al respecto (Bassols, 2003).

Sociológicamente, el corrupto transgrede las normas sociales de manera voluntaria con la intención de obtener un beneficio personal, tiende a identificar el éxito con el dinero, carece de la interiorización de normas y valores sociales, por lo que presenta una falta de conciencia social que le permita entender que los bienes públicos que aseguran el bienestar de una población se consiguen a través del esfuerzo de todos, predisponiéndolo a defraudar siempre que sea posible, respeta la ley por miedo al castigo y no por la asimilación de la norma, minimizando el riesgo de ser descubierto.

Psicológicamente, la corrupción no es una entidad patológica contemplada por los manuales diagnósticos, sino una práctica llevada a cabo por individuos que suelen presentar trastornos psicológicos y de personalidad que sí están contemplados en dichos manuales; según Clotilde Sarrió (2014), el corrupto prescinde de valores éticos, morales y cívicos, la ostentación de poder hace que se sientan inmunes, lo que los lleva a ser temerarios  y a no dimitir de sus puestos cuando son descubiertos por la negativa patológica a reconocerlos, presentan una necesidad de reconocimiento social que satisfaga su ego, es movido por la ambición y su obsesiva identificación del éxito con el dinero.

Psicológicamente su pueden englobar a los corruptos en dos grandes grupos:

  • Corrupto narcisista, están convencidos de que son superiores, se caracterizan por un patrón de grandiosidad, necesitan ser admirados, y carecen de empatía para conectar con los demás.
  • Corrupto antisocial, Sienten la necesidad de mostrar su superioridad, son manipuladores, violan sistemáticamente los derechos de los otros, no aceptan la culpa de los delitos que cometen y nunca muestran arrepentimiento.

Conclusión

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La corrupción es un problema mundial que afecta de manera negativa a todos los niveles económicos y sociales de un país.

Derivado de esos efectos negativos, la comunidad internacional se ha comprometido a combatirla y ha proporcionado los instrumentos jurídicos esenciales para que cada Estado Parte tome sus propias medidas para atender el problema.

La corrupción no es un estado congénito del hombre, ya que existen países donde prácticamente es inexistente como Nueva Zelanda, Dinamarca y Finlandia.

En México la situación no mejora, a pesar de sus reformas constitucionales y de su compromiso internacional, aún existe un largo camino que recorrer para percibir cambios positivos; la corrupción política y empresarial son las que han permitido el aumento de las redes del narcotráfico y delincuencia organizada, convirtiéndose en un ciclo interminable de impunidad que dan origen a hechos como Ayotzinapa.

Es de vital importancia estudiar las experiencias exitosas, tomando como referencia instrumentos de medición internacional como el Índice de Percepción de la Corrupción (CPI) de Transparencia Internacional, replicando los modelos de combate a la corrupción de aquellos países que van mejorando su situación.

En el mejor de los casos, crear metodologías o mejorar las existentes, que nos permitan recopilar información medible y lo más exacta posible, acerca de las vivencias de las víctimas de corrupción, ya que obtener una visión más cercana a la realidad sobre el problema de la corrupción, permitirá proponer política de prevención en base a la evidencia.

La más importante: súmate a los programas y/o proyectos de ONG´s y de la sociedad civil para combatir este problema, rompe con la cadena de la corrupción.

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5-puntos

Citas

[1] Concepto.de (2015), “Corrupción”, disponible en: <http://concepto.de/corrupcion/&gt;.

[2] La Real Academia Española (RAE) es una institución cultural con sede en Madrid, España.

[3] Irónico, ya que hasta enero del 2016, México ocupa el último lugar entre los 34 países miembro de la OCDE en materia de corrupción y el lugar 17 de entre las 20 economías más importantes a nivel global.

[4] Capítulo III de la Convención de las Naciones Unidas contra la Corrupción, del artículo 15 al 26.

[5] La Organización internacional Transparencia Internacional publica desde 1995 el “índice de percepción de la corrupción” que mide, en una escala de 0 a 100, los niveles de percepción en el sector público en un país determinado.

[6] El Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática; es un organismo autónomo del gobierno mexicano, dedicado a la coordinación del Sistema Nacional de Información Estadística y Geografía del país.

[7] El concepto de Captura del Estado fue desarrollado por el Banco Mundial y se utilizó inicialmente para para explicar la vida política de las economías en transición.

Bibliografía

-Aristóteles. La Política, Biblioteca Jurídica Virtual, UNAM (pp. 232-367), Disponible en: <http://biblio.juridicas.unam.mx/libros/libro.htm?l=766&gt;.

-Bassols Tomasini A. (2003). Reflexiones sobre la corrupción en México. México: Instituto de investigaciones filosóficas de la UNAM. Ensayo presentado para el concurso sobre corrupción publicado en La Gaceta UNAM.

-Concepto.de (2015). Disponible en: <http://concepto.de/corrupcion/&gt;.

-INEGI. (2013). Encuesta Nacional de Calidad e Impacto Gubernamental (ENCIG). México.

-Krauze E. (1995). Breve historia de la corrupción. Personas e Ideas, portal de Enrique             Krauze.          Disponible    en: <http://www.enriquekrauze.com.mx/joomla/index.php/opinion/97-art-critica-social/217-breve-historia-corrupcion.html&gt;.

-Llaca Gonzáles E. (2005). “Corrupción, patología colectiva”,  México: Instituto Nacional de Administración Pública (p. 48).

-Robles Gómez P. (27 de enero de 2016). Corrupción cuesta a México 178, 000 mdp al año. El Economista, Disponible en:

<http://eleconomista.com.mx/finanzas-publicas/2016/01/27/corrupcion-cuesta-mexico-178000-mdp-ano&gt;.

-Sarrió C. (2014). La corrupción desde una perspectiva psicológica. Psyciencia. Disponible en:

<http://www.gestalt-terapia.es/la-corrupcion-desde-una-perspectiva-psicologica/&gt;.

-Transparency International. (2015). Corruption Perception index 2015.  The Global Coalition Against Corruption.

-The World Bank Group. (1997). Helping Countries Combat Corruption: The Role of the World Bank.  Disponible    en: <http://www1.worldbank.org/publicsector/anticorrupt/corruptn/cor02.htm&gt;.

-UNODC. (2004). Convención de las Naciones Unidas Contra la Corrupción. Nueva York: ONU (pp. 3).

-Zavala J. R. (2016). Breves apuntes sobre la historia de la corrupción. Disponible en: <http://www.juanrobertozavala.com/index.php?option=com_content&view=article&id=76:breves-apuntes-sobre-la-historia-de-la-corrupcion&catid=34:articulos&Itemid=56&gt;