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Encuesta Nacional de Victimización y Percepción sobre Seguridad Pública (ENVIPE), resultados 2022

Portada de la presentación de resultados

Twitter: @LuisRa_Crimi

El Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) de México (https://www.inegi.org.mx/), publicó los resultados de la Encuesta Nacional de Victimización y Percepción sobre Seguridad Pública (ENVIPE) 2022 en su onceava entrega, cuyo propósito es generar información a nivel nacional, por entidad federativa y áreas metropolitanas de interés, sobre el fenómeno de la victimización delictiva, cifra obscura, así como la percepción de la seguridad pública y desempeño de las autoridades,  con el objetivo de proveer información a la sociedad y quienes toman decisiones en estas materias.


A continuación el resumen de los principales resultados

Periodo de referencia: enero-diciembre 2021 para victimización, marzo-abril 2022 para percepción. 

Victimización

Durante 2021, se cometieron 28.1 millones de delitos (27.6 millones en 2020) asociados a 22.1 millones de víctimas (21.2 millones en 2020) de 18 años y más.

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La tasa de incidencia delictiva fue de 30,786 delitos (35,171 delitos en 2020) por cada cien mil habitantes.

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La tasa de prevalencia delictiva fue de 24,207 víctimas (23,530 víctimas en 2020) por cada cien mil habitantes.

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Se calcula que 29% de los hogares (28.4% en 2020)del país tuvo al menos una víctima de delito.

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Tipos de delito

Durante 2021 el robo o asalto en la calle o transporte público fue el delito de mayor incidencia, seguido de fraude y extorsión (sin variación respecto a 2020).


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Percepción sobre Seguridad Pública

A nivel nacional, 61.2% (58.9% en 2021) de la población de 18 años o más considera la inseguridad como el problema más importante

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75.9% de la población (75.6% en 2021) de 18 años y más, percibió inseguridad en su entidad federativa.


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Cifra obscura

En 2021, en el 93.2% (93.3% en 2018) de delitos no hubo denuncia o no se inició una averiguación previa.


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Las principales razones de las víctimas para no denunciar delitos a las autoridades fueron la pérdida de tiempo 33.5% (33.9% en 2020) y desconfianza en la autoridad 14.8% (14.2% en 2020)

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Encuestas de victimización delictiva

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Autor: Luis Raúl Delgado Antonio

Twitter: @LuisRa_Crimi

Antecedentes

El matemático Adolphe Quetelet y el jurista André Guerry fueron pioneros en analizar las primeras estadísticas criminales del mundo publicadas en Francia a mediados del siglo XVIII, desde entonces se señalaba que la principal deficiencia de las estadísticas oficiales es que solo cubrían los delitos denunciados a las autoridades, quedando fuera una cantidad desconocida de delitos conocida como “cifra oculta” o “cifra obscura”, es decir, todos aquellos delitos que no son denunciados a las autoridades y en consecuencia, no se ven reflejados en ninguna estadística.

En los años 60 era tal el cuestionamiento sobre la validez de los datos criminales basados en registro policiales, que los Criminólogos de Estados Unidos propusieron adaptar las encuestas de hogares para recopilar información directamente de las víctimas de los delitos, dando nacimiento a las encuestas de victimización, hoy consolidadas como una herramienta fundamental para el análisis de la situación criminal, complementaria a las estadísticas basadas en registros administrativos de denuncias.

Encuesta de victimización delictiva

Una encuesta de victimización delictiva, es un instrumento de recolección de información, que recopila datos acerca de las experiencias de un subconjunto representativo de víctimas, en relación a un grupo básico de delitos, ocurridas en un periodo de tiempo y espacio específicos.

Las Encuestas de Victimización proporcionan información útil para la toma de decisiones en política pública y para que la población disponga de información lo más cercana a la realidad criminal, además de proporcionar datos para generar indicadores sobre “cifra oculta”, también permiten identificar elementos clave relacionados con:

  • Percepción de la seguridad pública:

– Sensación de inseguridad     

– Cambio de hábitos por temor al delito     

– Medidas de protección contra el delito

  • Victimización:

  – Prevalencia delictiva     

– Incidencia delictiva     

– Características del victimario     

– Costo del delito

  • Denuncia del delito:

 – Satisfacción con el trato recibido     

– Cifra oculta (no denunciados)     

– Causas de no denuncia

  • Opiniones sobre el sistema de justicia penal:

      – Confianza en las autoridades de seguridad pública     

– Percepción de su eficacia y corruptibilidad 

México: ejemplo de buenas prácticas en la medición de la victimización delictiva a través de encuestas de victimización

Los primeros registros documentados sobre una encuesta de victimización datan de 1720, desde entonces se han implementado un número considerable de encuestas de victimización en la región de Latinoamérica y el Caribe y a nivel mundial, manifestando el interés de los Estados para llevar a cabo este tipo de estudios, a pesar de ello, su desarrollo sigue siendo limitado, los recursos, la heterogeneidad y carente rigor metodológico, son áreas de oportunidad de las encuestas de victimización oficiales hoy en día.

En 2010 el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) recibió la solicitud del Consejo Nacional de Seguridad Pública de proporcionar datos para generar indicadores de percepción, victimización y desempeño institucional del Sistema de Evaluación aprobado por la Comisión Permanente de Información, para aportar datos que fueran de utilidad para la toma de decisiones de política pública, asimismo, en la sesión XXVIII del mismo consejo, se le solicitó al INEGI llevar a cabo una Encuesta de Inseguridad en las 32 entidades federativas de país, que proporcionara indicadores con los que se medirían avances de las políticas de seguridad pública.

En respuesta a esta solicitud, en 2011 el INEGI levanta por primera vez la Encuesta Nacional de Victimización y Percepción sobre Seguridad Pública (ENVIPE), en ese mismo año el Diario Oficial de la Federación declaró a la encuesta como información de interés nacional, desde entonces, se ha llevado a  cabo anualmente en al menos 13 ocasiones hasta 2023.

El propósito de esta encuesta es generar información a nivel nacional, por entidad federativa y áreas metropolitanas de interés, sobre el fenómeno de la victimización delictiva, así como la percepción de la seguridad pública y desempeño de las autoridades, para proveer información a la sociedad y quienes toman decisiones en estas materias. 

Desde sus inicios la ENVIPE se ha considerado como una buena práctica internacional en la medición de la victimización delictiva ya que el diseño conceptual y estadístico de la encuesta contó con el apoyo técnico y recomendaciones de organismos internacionales.

Los resultados de su treceava edición (2023) puedes consultarlos aquí: https://www.inegi.org.mx/programas/envipe/2023/

Bibliografía

Ponte en contacto para mayor información y bibliografía utilizada

¿Cómo realizar encuestas de victimización a nivel local?

Elaboración propia

Autor: Luis Raúl Delgado Antonio

Twitter: @LuisRa_Crimi

¿Cuál es la utilidad de la información estadística sobre delincuencia y justicia penal?

Dado los altos índices de violencia y delincuencia en América Latina y el Caribe (UNODC), y en el caso particular de México, es imprescindible contar con información estadística de calidad[1] que permita a los tomadores de decisiones, al igual que a otros actores relevantes, conocer los niveles y tendencias de la delincuencia, así como sus efectos en la sociedad, los costos económicos a causa del delito y con base en esta información, diseñar, implementar, monitorear y evaluar políticas públicas en la materia.


En México existen al menos 3 fuentes principales de información estadística en temas de delincuencia y justicia penal: 

1.- registros administrativos[2], a partir de las estadísticas policiales, judiciales o penitenciarias, etc.; 

2.- censos de gobierno[3], los Censos de Gobiernos Municipales y DelegacionalesCensos de Gobierno, Seguridad Pública, y Sistema Penitenciario EstatalesCensos de Procuración de Justicia Estatal, etc.; y 

3.- encuestas a diferentes poblaciones objetivo, que se enfocan principalmente en recabar información sobre las experiencias de las víctimas del delito, y generar información sobre el contexto en que se dio la victimización.

Encuestas de victimización delictiva

La completitud de la información proporcionada por los registros administrativos es cuestionable, principalmente por la llamada “cifra obscura” del delito, es decir, todos aquellos delitos que no son denunciados a las autoridades y en consecuencia no se ven reflejados en ninguna estadística. 


Las encuestas de victimización nacen con el objetivo de superar el obstáculo de la “cifra obscura”, para conocer el fenómeno de la victimización delictiva y percepciones de la justicia, estudiando a una parte representativa de la población (muestra representativa[4]), de tal manera que, a partir de ese grupo representativo se obtengan conclusiones sobre la población total con un nivel de confianza conocido.

Contexto internacional

Las primeras encuestas de victimización se realizaron en las décadas de los 60-70[5] y a medida que estas fueron adoptadas más ampliamente en todo el mundo, fueron susceptibles de ser utilizadas para realizar estudios comparativos sobre delincuencia y victimización a nivel internacional, sin embargo, las comparaciones resultaban imposibles debido a la disparidad de metodologías utilizadas entre un país y otro, tales como: diferentes cuestionarios, esquema de muestreo, método de entrevista, clasificación de delitos, etc.[6]


Uno de los primeros esfuerzos para mejorar la comparabilidad entre encuestas se da en 1987 en Europa, con el desarrollo de la  Encuesta Internacional sobre Criminalidad y Victimización (ENICRIV o ICVS por sus siglas en inglés), con un cuestionario en inglés que luego fue traducido a diferentes idiomas, estandarizando al máximo posible la metodología utilizada para la recolección de datos[7]. Inicialmente fue levantada en 14 países, posteriormente con la participación del  Instituto Interregional de las Naciones Unidas para investigaciones sobre la Delincuencia y la Justicia (UNICRI[8] por sus siglas en inglés) y UNODC, la encuesta se expandió a otros países de Europa del este, África y Latinoamérica.


En 2004, la UNODC comienza a documentar las mejores prácticas a nivel internacional en la medición de la victimización delictiva a través de encuestas, en 2010 genera junto con la Comisión Económica de las Naciones Unidas para Europa (UNECE), el Manual para Encuestas de Victimización, el cual ofrece un conjunto mínimo de temas clave, sugeridos para diseñar e implementar encuestas de victimización dirigidas a hogares y personas, así como ilustrar el tipo de metodologías disponibles, incluyendo ventajas y desventajas de los distintos métodos. Esta información ayuda a tomar decisiones bien fundamentadas, que se ajusten a las circunstancias particulares de aquellos interesados en implementar encuestas de este tipo por primera vez.

En 2010, la Comisión Estadística de Naciones Unidas (UNSC) en su 41° periodo de sesiones, entre otros aspectos, pidió una participación más activa de las Oficinas Nacionales de Estadística en lo que respecta a estadísticas de delito y la aplicación de instrumentos sobre victimización[9]. En febrero de 2012, la Comisión solicitó a México por conducto del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), valorar la situación de las estadísticas de delincuencia a nivel internacional[10]. En diciembre del mismo año, ambos organismos presentaron ante la UNSC y la Comisión de Prevención del Delito y Justicia Penal (CCPCJ), la Hoja de ruta para el mejoramiento de las estadísticas de delincuencia a nivel nacional e internacional, la cual fue aprobada en 2013 por ambas Comisiones. La Hoja de ruta propone mejorar la calidad y disponibilidad de estadísticas de delincuencia a través de una serie de objetivos y medidas, que deberán aplicarse de manera gradual y coordinada en los próximos 10 años[11].

Región Latinoamérica y el Caribe

Las encuestas de victimización en América Latina y el Caribe tomaron importancia después de que la ENICRIV se tradujera al español, no obstante, aunque los países estaban interesados en realizar este tipo de estudios, su desarrollo en la región ha sido limitado. La disponibilidad de recursos, la disparidad y deficiente rigor metodológico siguen representando un gran desafío, tal es así, que actualmente solo existen por lo menos 8 países en América Latina que han llevado a cabo encuestas de victimización de manera institucional: Argentina, Chile, Colombia, Guatemala, México, Panamá, Perú y Uruguay[12].     

  
Ante este panorama, la Oficina de las Naciones Unidas Contra la Droga y el Delito, desde el 2010 a implementado proyectos de cooperación técnica con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), que contribuyan al mejoramiento de estadísticas de delincuencia y justicia penal en la región de Latinoamérica y el Caribe, y el cumplimiento de los objetivos de la Hoja de ruta para el mejoramiento de las estadísticas de delincuencia a nivel nacional e internacional.       

México: una buena práctica en la medición de la victimización delictiva a través de encuestas de victimización

En 2010, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI)[13] recibió la solicitud del Consejo Nacional de Seguridad Pública de proporcionar datos para generar indicadores de percepción, victimización y desempeño institucional del Sistema de Evaluación aprobado por la Comisión Permanente de Información, para aportar datos que fueran de utilidad para la toma de decisiones de política pública, asimismo, en la sesión XXVIII del mismo consejo, se le solicitó al INEGI llevar a cabo una Encuesta de Inseguridad en las 32 entidades federativas de país, que proporcionara indicadores con los que se medirían avances de las políticas de seguridad pública en el país[14]. En respuesta a esta solicitud, en 2011 el INEGI levanta por primera vez la Encuesta Nacional de Victimización y Percepción sobre Seguridad Pública (ENVIPE). En ese mismo año el Diario Oficial de la Federación declaró a la encuesta como información de interés nacional, desde entonces se ha levantado anualmente en 7 ocasiones hasta 2018.


Es importante destacar que, el diseño conceptual y estadístico de la encuesta contó con el apoyo técnico y recomendaciones de UNODC, es por ello que, desde sus inicios se ha considerado como una buena práctica internacional en la medición de la victimización delictiva, asimismo se trata de la segunda encuesta de victimización institucionalizada en América Latina y el Caribe.


El propósito de la encuesta es generar información a nivel nacional, por entidad federativa y áreas metropolitanas de interés, sobre el fenómeno de la victimización delictiva y la delincuencia, denuncia del delito, características de las víctimas del delito, características de los delitos y daños causados, así como la percepción de la seguridad pública y el desempeño de las autoridades, etc., en los últimos doce meses. Con el fin de proveer información a los tomadores de decisiones y al público en general para la toma de decisiones de política en estas materias.


Los resultados de su onceava edición (2021) puedes consultarlos aquí: https://www.inegi.org.mx/contenidos/programas/envipe/2021/doc/envipe2021_presentacion_nacional.pdf


Medición de la victimización delictiva a nivel local a través de encuestas de victimización

En ocasiones, los niveles de victimización delictiva y de percepción de seguridad a nivel local pueden presentar diferencias respecto a las estimaciones nacionales, para dimensionar de mejor manera la situación de delincuencia que sucede a niveles más desagregados, idealmente se tendrían que implementar encuestas de victimización locales.


Dada esta necesidad, algunas Oficinas Nacionales de Estadística generan información a nivel local, por ejemplo, la ENVIPE de México, la cual genera estimaciones para al menos 37 ciudades y áreas metropolitanas de interés.

¿Cuáles son las ventajas de realizar estimaciones en áreas urbanas frente a otro tipo de zonas geográficas?

El entorno urbano es un lugar en donde se concentra una mayor cantidad de población, que se traduce en una buena concentración de muestra, se trata de zonas en donde se realizan actividades comerciales y rutinarias, por ello la incidencia delictiva es más frecuente, de manera que, aumentan las probabilidades de captar la variable de interés con un nivel de confianza adecuado para realizar cálculos de prevalencia delictiva, incidencia delictiva y cifra obscura.


Entonces, ¿cuáles son las limitaciones para realizar estimaciones a nivel municipal o de colonia?


No se llega a nivel municipal o de colonia, principalmente por los altos costos económicos que implican un levantamiento que permita hacer inferencias con representatividad y calidad estadística adecuada, esto es, si a nivel de municipio o de colonia la incidencia delictiva es poco frecuente, con el objetivo de captar la variable de interés sería necesario llegar a una gran cantidad de informantes, tanto que, dependiendo del nivel de confianza buscado incluso se tendría que censar a todas las personas que residen en el lugar.


Es por ello que, frente a esta situación, algunos institutos, universidades, organizaciones de la sociedad civil, gobiernos locales, etc., llevan a cabo encuestas de victimización locales, no obstante, una particularidad que comparten este tipo de estudios es que presentan deficiencias considerables en su diseño conceptual y estadístico, por ejemplo:

  • Los objetivos no son claros o son ambiguos;
  • No incluyen indicadores;
  • Utilizan términos legales en vez de descripciones de los delitos que se investigan;
  • No se diferencia entre delitos al hogar y a la persona
  • Indagan por temáticas diversas que no necesariamente tienen que ver con victimización delictiva, como uso de TICs, ocupación de niños, niñas y/o adolescentes, situación laboral de las mujeres, etc.;
  • No se especifica la población objeto de estudio;
  • No se establecen periodos de referencia;
  • Carecen de un diseño muestral;
  • Carecen de transparencia en la publicación de resultados, es decir, no se ponen a disposición del público las bases de datos, tabulados, ni documentos técnicos como marco conceptual, metodología utilizada, cuestionarios, etc.,
  • Generalmente se elaboran presentaciones de resultados y/o informes, los cuales no incluyen especificaciones técnicas de la encuesta;
  •  Algunos resultados son incorrectos;
  • Los resultados se presentan a nivel muestral, es decir, se describe algunas situaciones de los sujetos que formaron parte del estudio y no de la población de la que fueron elegidos; etc.

¿Cuáles son los requisitos mínimos de calidad para realizar encuestas locales de victimización?

Además de los criterios establecidos en el Manual para Encuestas de Victimización de UNODC, en los últimos 5 años se han discutido y aprobado a nivel regional los aspectos metodológicos que deben tomarse en cuenta para desarrollar encuestas de victimización que arrojen resultados de calidad:

¿Cuáles deben ser los objetivos de la encuesta?

Recopilar información que permita:

  • estimar el número de víctimas (prevalencia delictiva);
  • estimar el número de delitos (incidencia delictiva);
  • estimar la cifra obscura de los delitos y las causas de la no denuncia;
  • medir la valoración de los habitantes sobre su seguridad;
  • medir el grado de confianza y la opinión sobre el desempeño de las instituciones de seguridad pública y justicia penal;
  •  estimar los costos del delito.

¿Qué método de recolección de datos debe utilizarse?

Entrevista cara a cara apoyada de un dispositivo electrónico (técnica

CAPI). Esta técnica se recomienda puesto que reduce el error de imputación en el levantamiento ya que aplica pautas de validación y consistencia de forma automática, evita la pérdida de información al poder respaldar con frecuencia, reduce el costo de personal posterior al levantamiento y de material impreso, permite el uso de cuestionarios más largos y complejos, garantiza la confidencialidad de la información.

¿Qué diseño debe tener el cuestionario?

Asincrónico (en dos fases).

¿Por qué utilizar un cuestionario en 2 fases?Dos fases, se refiere al método internacionalmente recomendado para que las encuestas de victimización puedan filtrar delitos. Generalmente hay dos métodos: proceso de una fase y proceso de dos fases. En el proceso de una fase la pregunta para filtrar delitos también se utiliza para clasificar los tipos de delitos, mientras que, en el proceso de dos fases, las preguntas filtro son utilizadas para comenzar el reporte del incidente, el cual obtiene información detallada sobre el delito identificado en la investigación Estudios metodológicos han demostrado que el proceso de dos fases reduce el grado de error en la clasificación de los delitos, ayuda a eliminar errores causados por la falta de conocimiento de los encuestados con respecto a la definición de los delitos, también ayuda a que el informante encuadre su experiencia de victimización de forma rápida y concisa en un “sí” o un “no”; evita cansar al informante; indaga por todos y cada uno de los delitos que haya indicado el informante sin que éste pueda retractarse o no decida continuar; facilita al encuestador su implementación, entre otros.

¿Qué marco muestral es el más adecuado?Actualizado, que sea una representación lo más exacta de la población objetivo.ü  

¿Qué diseño de muestreo debe adoptarse?

Probabilístico. A partir de un método de muestreo aleatorio, multietápico y estratificado, para lograr una muestra representativa en términos de edad, sexo, área geográfica, etc., que permita obtener resultados con calidad estadística adecuada, es decir que, a partir de una muestra representativa, los resultados permitan asumir que la población total comparte las mismas características con un nivel de confianza conocido.ü  

¿Quién o quienes deben ser los elementos de análisiso de observación?Un hogar e informante seleccionado de manera aleatoria.

“Hogar” y “pertenencia a un hogar” no es lo mismo que pertenencia a una familia o a una vivienda. Dentro de una vivienda pueden coexistir personas que no necesariamente estarán unidos por lazos sanguíneos o de parentesco, pero que sí pueden compartir un mismo gasto, es decir, que los ingresos generados entre ellos son utilizados para su subsistencia, por lo que son clasificados como hogares, una persona sola también formar un hogar. En las encuestas de victimización se utilizan a las viviendas como unidad de muestreo ya que no existe una lista de los individuos y hogares, mientras que los hogares y las personas residentes de los hogares, son los elementos de los que se extrae la información.

¿Se deben entrevistar a todos los hogares?

Dentro de una vivienda pueden coexistir varios hogares, entrevistar a todos los hogares, o elegir aleatoriamente a uno son válidos, sin embargo, ambas estrategias traen consigo implicaciones que deben ser consideradas al momento de garantizar la precisión de las estimaciones. La recomendación internacional bajo un modelo probabilístico es seleccionar un hogar de manera aleatoria, esto implica que todos los hogares tengan la misma probabilidad de ser incluidos en el estudio, de esta manera disminuye los efectos de conglomeración, implica un mayor número de viviendas, mayor dispersión, mejor muestreo.

¿Se deben entrevistar a todas las personas objeto de estudio?   

Una vez seleccionado un hogar de manera aleatoria, el siguiente paso es decidir quién será entrevistado en el hogar, algunas opciones son entrevistar a todos los miembros del hogar, entrevistar a todos los miembros del hogar dentro de cierto rango de edad, entrevistar a los miembros del hogar con características demográficas específicas o entrevistar a una sola persona del hogar.La recomendación internacional es entrevistar a una persona seleccionada de manera aleatoria, de 18 años y más, residente habitual de la vivienda. Entrevistar a una persona por hogar disminuye los efectos de conglomeración, mejora la precisión de la información, es menos costoso, evita la duplicación de la información provista por más de un encuestado, disminuye el tiempo de entrevista, etc.

¿Por qué no incluir menores de edad?

Porque este grupo etario quedará fuera del espectro de ciertos delitos como fraude de tarjeta bancaria, soborno, etc., otro punto a tomar en cuenta es que puede ser necesario obtener el permiso o acompañamiento de los padres o tutores, adaptar el texto de las preguntas a un público infantil, etc., por lo que, la recomendación internacional es implementar una encuesta ad hoc para medir victimización delictiva en sub grupos poblacionales específicos.ü  

¿Cómo superar los problemas de memoria de los informantes?

Para reducir el potencial sesgo asociado con la capacidad de las personas

para recordar los incidentes de victimización de los que fueron víctimas (efecto telescopio[15]), el diseño del cuestionario debe integrar estrategias para ayudar al informante a recordar con precisión los hechos ocurridos el marco temporal de investigación. Por ejemplo, Preguntas filtro que indaguen por los delitos acontecidos en los últimos 3 años para posicionar al informante en el tiempo y que descargue emocionalmente, posteriormente indagar solo por los delitos ocurridos en los últimos 12 meses.
ü  

¿Cómo debe definirse un delito?

Los términos usados en las preguntas que determinan si los informantes fueron víctimas del delito deben elaborarse de manera que sean comprensibles. 
Se recomienda evitar el uso de lenguaje jurídico ya que la mayoría de las personas no están familiarizada con el significado exacto de los términos legales, términos como “hurto”, “fraude”, “estafa”, etc., pueden contar con distintas percepciones. Como norma estadística internacional para la reunión de datos se recomienda utilizar las descripciones conductuales de los delitos establecidas en la Clasificación Internacional de Delitos con Fines Estadísticos (ICCS por sus siglas en inglés), ya que se basa en la descripción de los actos delictivos, es decir, en descripciones de los comportamientos que constituyen delitos, no en disposiciones o términos legales, de esta manera facilita el reporte de información, su posterior análisis, la comparabilidad a través del tiempo, la consistencia y la coherencia de los datos con otras estadísticas delictivas.ü  

¿Qué marco temporal para el reporte de los delitos experimentados debe utilizarse?

Todas las encuestas de victimización deben definir un marco temporal

dentro del cual se recojan los delitos experimentados por la población objeto de estudio, el cual debe ser lo más cercano a la fecha de la entrevista para reducir los errores de memoria. Se recomienda establecer un periodo del último año, ya que está mejor definido en la mente de los informantes, cuando las entrevistas se lleven a cabo en el primer trimestre del año. Es recomendable utilizar el enfoque del año natural anterior, en caso contrario, se recomienda usar el enfoque de los últimos doce (12) meses, pero sin contar el mes de la entrevista y especificando tanto el año como los meses de los que se trata (por ejemplo, Últimos doce meses, es decir entre julio de 2015 a junio de 2016. Este periodo fue utilizado en el levantamiento de laENVI de Panamá en julio de 2016).ü  

¿Cuántos incidentes se deben caracterizar en una encuesta?

Se recomienda caracterizar al menos los últimos tres incidentes de cada delito sufrido, comenzando por el más reciente, para obtener una medición más precisa del comportamiento de la cifra obscura y el modus operandi del delito (dónde, cómo, con qué). Ya que en campo se ha demostrado que indagar al menos los últimos 3 delitos más recientes (la ENVIPE de México mide hasta los últimos 5 incidentes de cada delito), permite recopilar hasta el 95% de los delitos sufridos por los informantes en los últimos doce meses. Esta práctica representa un mayor número de observaciones por cada tipo delictivo, que se traduce en estimaciones más precisas.ü  

¿Qué perfil deben tener los encuestadores?

Los encuestadores deben ser personas calificadas, hábiles y motivadas.

Un encuestador calificado es aquel que puede cumplir con los siguientes elementos:

  •  Motivación personal para elegir el empleo de entrevistador;
  • Inflexión en la expresión, tono y cadencia de voz;
  • Capacidad para comprender el tema de la encuesta;
  • Conocimiento de las emociones relacionadas con las situaciones problemáticas y las dificultades que pueden derivarse al realizar una entrevista sobre violencia, y las estrategias propias del posible entrevistador para controlar dichas emociones;
  • Disponibilidad para participar en la capacitación activa, incluyendo desempeño de funciones, discusiones y grupos de cooperación;
  • Consideraciones de la presencia de cualquier estereotipo o prejuicio relacionado con las víctimas;
  • Debido a la complejidad de los cuestionarios de victimización se recomienda que tengan más que un nivel de educación básica, algunos perfiles profesionales recomendados incluyen, pero no se limitan a antropólogos, criminólogos, psicólogos, sociólogos, trabajadores sociales, aquellos involucrados en la asistencia a menores, ancianos, discapacitados, etc.; 
  • Es preferible que estén familiarizados con las computadoras, tenga habilidades técnicas para la informática;
  • Conocimientos básicos de la técnica de entrevista a ser utilizada, habilidades para asegurar las entrevistas, relacionarse con los informantes, etc.

Los encuestadores representan la conexión entre el ente responsable de la encuesta y los encuestados, por lo tanto, es imperativo que, a través de una buena capacitación, el encuestador desarrolle atributos y capacidades que lo identifiquen como tal. La capacitación debe incluir conocimientos teóricos y prácticos que permitan al entrevistador tener dominio de los temas que se abordan en la encuesta, conocer el cuestionario, entender la importancia de su papel como entrevistador y entrevistar a las personas indicadas para obtener la información requerida, de acuerdo con las normas, procedimientos e instrucciones establecida.

¿Qué estándares para la difusión de datos deben tomarse en cuenta?

El medio, el modo de publicación y en general la estrategia completa de publicación, debe conseguir el equilibrio entre calidad y profundidad para que los datos sean relevantes y útiles para los usuarios.Las nuevas tecnologías proporcionan más opciones para conseguir acceso a los datos y para utilizarlos, la demanda de información va en aumento, no es suficiente publicar los datos y esperar a que llegue a las personas,  por lo tanto, el papel de los responsables de las encuestas debe extenderse más allá de la publicación de datos, conlleva comunicar la información a una audiencia lo más amplia posible, apoyar a los usuarios de datos para conseguir acceso, interpretar y utilizar la información.

Una comunicación efectiva incluye:

  • Identificar el público objetivo y hacer un esfuerzo para entender sus necesidades;
  • Preparar un análisis que sea objetivo, independiente, no sesgado;
  • Entender:
    • Las metas de la encuesta
    • Cómo fueron recopilados los datos y cómo deben interpretarse
    • Asuntos relacionados con la victimización delictiva del área que se está estudiando
  • Proteger la confidencialidad de los informantes en todo momento; 
  • Los datos deben estar disponibles para el público, deben ser de fácil acceso y con formatos que permitanMientras que, algunas opciones cuando se trata de divulgar estadísticas incluyen:
  • Publicaciones impresas – reportes, folletos, hojas de datos, etc.;
  •  Bases de datos – publicadas online o distribuidas vía USB;
  • Productos electrónicos – página web, hojas de cálculo, PDFs, video, etc.;
  • Servicios – línea directa de asistencia, biblioteca.ü  

¿Cuántas veces debe levantarse la información de las encuestas de victimización?

El número de veces que una encuesta debe llevarse a cabo depende del

tipo de datos requeridos y de los recursos disponibles. No obstante, en el caso de la medición de la victimización delictiva es importante generar datos de manera periódica, en otras palabras, es necesario levantar la encuesta en más de una ocasión para crear una serie histórica de información, ya sea semestral, anual o bianualmente, ya que la comparabilidad histórica es un componente clave para observar el comportamiento de los fenómenos que se investigan a través del tiempo e identificar posibles tendencias que permitan adelantarse a su control y prevención o tendencias a la baja para analizar aquellas variables que posiblemente están teniendo un efecto en su disminución.

La mayoría de las encuestas de victimización de la región se levantan de manera anual, está periodicidad de datos permite producir indicadores que den oportunidad de generar política pública que atienda áreas de oportunidad, apoyar procesos de evaluación gubernamentales y fortalecerlos a corto plazo.
La encuesta que presenta la serie de tiempo más larga en la región es la 

Encuesta Nacional Urbana de Seguridad Ciudadana (ENUSC) de Chile levantada anualmente por el Ministerio de Interior de Chile en conjunto con el Instituto Nacional de Estadística (INE), desde 2003 hasta 2016, seguida de la Encuesta Nacional de Victimización y Percepción sobre Seguridad Pública (ENVIPE) de México, levantada anualmente por Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) de México, desde el 2011 al 2017.

Una encuesta que integre en su diseño las características antes mencionadas generará información estadística de calidad que de sustento a la elaboración de políticas públicas basadas en evidencias sólidas.

Reflexiones finales

Las encuestas de victimización son una herramientade investigación estadística reconocida internacionalmente, ya que aportan información que permite estimar [16] de manera precisa los niveles de victimización y delincuencia que suceden en un lugar y tiempo determinado.


La información generada por las encuestas de victimización es complementaria de los registros administrativos, permitiendo realizar análisis integrales sobre el fenómeno criminal, que respalden la toma de decisiones para su prevención, desde un enfoque científico.


Es importante señalar que, solo aquellas encuestas de victimización que incorporan en su diseño los estándares de calidad internacionalmente recomendados para llevar a cabo este tipo de estudios, proveerán información que pueda ser aprovechada para los fines que persiguen, de lo contrario, los resultados podrían dar una idea sobre la delincuencia que sucede en un lugar y tiempo determinado, que no corresponda a la realidad.


Cuando se trabaja con encuestas por muestreo lo que se busca es obtener resultados que pueden generalizarse a toda una población estudiando solo una parte de ella, para lograrlo es necesario tomar una muestra probabilística por medio de un diseño muestral. Una encuesta que carece de diseño muestral o que utiliza una muestra no probabilística, solo podrá hacer afirmaciones acerca del grupo de personas que forman parte de ella y no acerca de la población de la que fueron elegidos.


Algunas recomendaciones para llevar a cabo encuestas locales de victimización tienen que ver con la integración de los estándares internacionales de calidad para encuestas de victimización en su diseño; que sea una encuesta enfocada en medir victimización delictiva, percepciones sobre seguridad pública y percepciones sobre el sistema de justicia; crear series históricas de datos; que las metodologías utilizadas permitan la comparación de resultados con otras encuestas; buscar el apoyo económico de la encuesta, lo suficiente para llevar a cabo una implementación con calidad estadística; etc.; no obstante, todo lo anterior será en vano si la encuesta no trabaja con una muestra probabilística por medio de un diseño muestral adecuado.


Frecuentemente, las encuestas locales de victimización realizadas por institutos, organizaciones de la sociedad civil, gobiernos locales, etc., carecen de un diseño muestral adecuado, se trata entonces, de estudios que representan un gasto considerable de recursos, que no miden de manera exhaustiva los fenómenos de interés, por tal motivo, los resultados no pueden ser utilizados para monitorear de manera eficaz las políticas públicas que buscan el bienestar de la población al disminuir la delincuencia.

Bibliografía

Ponte en contacto para mayor información y bibliografía utilizada

La figura del Criminólogo y el uso de información basada en la evidencia para el estudio de la criminalidad

Imagen tomada de unctad.org

Autor: Luis Raúl Delgado Antonio

Twitter: @LuisRa_Crimi

Introducción

Derivada del latín criminis y del griego logos, etimológicamente la palabra Criminología significa tratado o estudio del crimen. Se trata de una rama del saber humano que se establece como ciencia el 15 de abril de 1876, fecha en la que se publica el “Tratado Antropológico Experimental del Hombre Delincuente” de Ezechia Marco Lombroso, el cual fue el primer estudio sobre el fenómeno criminal basado en la observación, registro de datos, comparaciones y mediciones a partir de la integración de los enfoques biológico, psicológico y sociológico.

Aunque la Criminología nace con el estudio de personas que han cometido conductas antisociales, desde entonces sus principios teóricos han evolucionado en muchos aspectos, debido a su naturaleza científica y al uso de información estadística de calidad es que ha ampliado y enriquecido sus conocimientos respecto a aquellos factores que se relacionan directamente con el fenómeno criminal, los cuales tienen que ver con una gran cantidad y variedad de elementos que comprenden la existencia del ser humano y el medio ambiente en el que se desenvuelve (natural y social), los cuales se encuentran en constante evolución.

Los conocimientos de la Criminología se actualizan a medida que el ser humano y la sociedad cambian, aprovechando las nuevas áreas de oportunidad que generan estos cambios, un ejemplo de ello son los retos actuales y futuros que implican el uso de recursos, herramientas y programas que se utilizan para recopilar, almacenar, procesar, administrar, analizar y compartir información mediante diversos soportes tecnológicos para el estudio y prevención del crimen. No obstante, las cantidades masivas de datos y el desarrollo de tecnologías que alimentan la idea de la potencial tendencia delictiva, pueden tener un gran impacto, no solo en el decrecimiento de la teoría criminológica, sino en la práctica en general de todas las ciencias sociales, si no se difunde la importancia del conocimiento científico y la experiencia de los investigadores sociales.

La Criminología como ciencia 

La ciencia es definida por el DRAE[1] como el “Conjunto de conocimientos obtenidos mediante la observación, el razonamiento, sistemáticamente estructurados y de los que se deducen principios y leyes generales”. La criminología adquirió el rango de ciencia cuando Lombroso, Ferri y Gafófalo[2] postularon con su corriente positivista italiana que el fenómeno criminal no es una cuestión abstracta, sino un hecho humano que puede conocerse a través de la observación y el análisis de información.

Al respecto, la criminología posee un conjunto de conocimientos enfocados en el fenómeno criminal y en cada uno de sus objetos de estudio: conductas antisociales, víctimas de conductas antisociales, sujetos que cometen conductas antisociales y el control social. No basa sus teorías en suposiciones o presentimientos sino en inducciones o deducciones razonadas; los conocimientos generados por la criminología son coherentes y estructurados; posee principios y leyes propias que explican el fenómeno de estudio, los cuales pueden ser comprobados en diferentes situaciones[3], no obstante, así como cualquier otra ciencia social tal como el Derecho, Economía, Geografía, Historia, Política o la Psicología, estos no son de aplicación universal, ya que al enfocarse en el estudio del ser humano el cual puede actuar con libertad llegando a cambiar las hipótesis promulgadas, en consecuencia hace que los postulados deban ser verificados constantemente, no obstante los conocimientos y teorías se obtienen mediante el procedimiento lógico del método científico: observación, identificación del fenómeno que se quiere conocer, elaboración de un marco conceptual, hipótesis, experimentación de fenómenos, análisis de resultados, creación de un modelo teórico y comunicación de conocimientos adquiridos. 

De acuerdo a su objeto de estudio, las ciencias se dividen en dos:

1. Ciencias formales, ideales o exactas, las cuales estudian aquello que sólo existe en la mente del hombre, objetos que no ocupan un lugar en el tiempo y el espacio y por lo tanto no son sensorialmente aprehensibles; y 

2. Ciencias fácticas, materiales o empíricas, que estudian a los fenómenos u objetos de la realidad, aquellos que existen fuera de la mente humana y por lo tanto pueden ser registrados por los sentidos.

A su vez, las ciencias empíricas se dividen en:

a) Ciencias empíricas naturales, las cuales se dedican al estudio de la naturaleza y las leyes por las que funciona el mundo natural; y en

b) Ciencias empíricas sociales, que tienen por objeto de estudio al ser humano como individuo y como ser que vive en sociedad.

En esta última categoría se ubica la Criminología (Figura No. 1).

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Figura No. 1. Clasificación de las ciencias de acuerdo a su objeto de estudio, elaboración propia.

La Criminología pertenece a las ciencias empíricas sociales. Si bien el fenómeno criminal se encuentra integrado por varios objetos de estudio que se abordan desde un enfoque biopsicosocial[4], el fenómeno es analizado por la Criminología como un hecho humano, puesto que el elemento principal de esta ecuación son las personas, aquellas que a través de su conducta atentan contra otras personas, la sociedad y/o el medio ambiente, son las víctimas que las padecen, las que son controladas y las que controlan.

Estos hechos han estado presentes a lo largo de la historia de la humanidad, desde las sociedades más primitivas hasta las más desarrolladas se han visto con la necesidad de establecer medios de control para prevenirlos, asegurando en la medida de lo posible la cohesión de los grupos y el funcionamiento de la sociedad.

Las consecuencias de la actividad criminal, así como la percepción de una población sobre su propia seguridad, son cuestiones que influyen de manera directa e indirecta sobre la calidad de vida de las personas, aquellas que se ven afectadas de manera directa pueden sufrir consecuencias físicas, psicológicas, emocionales y económicas, mientras que el miedo al crimen puede llegar a restringir sus vidas de muchas maneras[5].

Por otro lado, si se dimensiona el fenómeno a nivel regional o mundial, este se concibe como altamente costoso, los países invierten cantidades importantes en recursos, no sólo en la operación del sistema de justicia, sino también en el suministro de servicios para el cumplimiento de sus leyes, en salud, intervenciones sociales, etc.

Un ejemplo de ello es la región de Latinoamérica y el Caribe, donde vive menos del 9% de la población mundial, no obstante concentra el 30% de homicidios en el mundo. El costo promedio anual estimado a causa de la criminalidad en la región entre 2010 y 2014 es de US$261.000 millones, esto es 3,55 del PIB que se produce en la región, mientras que Estados Unidos invierte 2,75%, Francia 1,87% y Alemania 1,34%. El monto equivale a lo que gasta la región en infraestructura, es decir, carreteras, hospitales, escuelas, sistemas de transporte, espacios púbicos, etc., incluso a nivel local hay países que invierten seis veces más en seguridad que en programas de combate a la pobreza, como en el caso de México y Brasil[6].

Dado que el fenómeno criminal tiene un enorme impacto social y económico a todos niveles es que se hace imprescindible su prevención, es por ello que en el planteamiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de las Naciones Unidas[7], se consideró importante reducir todas las formas de violencia y la inseguridad en el mundo con la finalidad de mejorar la calidad de vida de la población, específicamente con el Objetivo 16 “Paz, Justicia e Instituciones Sólidas”.

De manera que, la Criminología y el Criminólogo han adquirido un papel aún más importante en la sociedad, la primera por ser la única rama del saber con la finalidad científica de prevenir el fenómeno criminal y el segundo como el científico que puede aplicar los dogmas de esta ciencia para cumplir con este objetivo.

La figura del criminólogo

Para un mejor entendimiento es importante aclarar las diferencias entre Criminología y Criminalística. La Criminología es la ciencia social que se ocupa del estudio integral de la victimización por conductas antisociales, de las conductas antisociales, las personas que llevan a cabo conductas antisociales y el control social, con la finalidad de prevención, mientras que la Criminalística es una disciplina auxiliar del derecho penal que se encarga del estudio y verificación científica de un presunto hecho delictivo.

Los profesionales en Criminología reciben la denominación de “Criminólogo”[8]. Se trata de un científico formado en las disciplinas de la Criminología: todas aquellas que favorecen el análisis del fenómeno criminal como Estadística criminológica, Geografía criminológica, Urbanismo criminológico, Victimología criminológica, etc., principalmente Biología criminológica, Psicología criminológica y Sociología criminológica. El cual, desde un enfoque biopsicosocial, aplica sus conocimientos en los objetos de estudio de la Criminología, para generar explicaciones sobre el porqué del fenómeno, sus causas, consecuencias y a partir de estas desarrollar propuestas que ayuden a mejorar las condiciones de inseguridad y violencia de una sociedad.

Un Criminólogo, como experto en el fenómeno criminal, puede llevar a cabo una amplia variedad de actuaciones, entre las que podemos destacar las siguientes:

  •  Analizar y explicar la victimización delictiva, mediante el estudio de las características sociodemográficas de las víctimas, el tipo de conductas antisociales que las afectan, el contexto de victimización, sus posibles causas, consecuencias, para velar por el resarcimiento de los daños que les fueron causados y su prevención.
  •   Analizar y explicar de manera integral la conducta antisocial, sobre casos en concreto o todas aquellas que se presentan en un lugar, espacio y tiempo determinado para su prevención.
  •   Estudiar de manera integral a las personas que han cometido una o varias conductas antisociales para establecer las mejores estrategias que propicien su reintegración a la sociedad, previniendo posibles reincidencias.
  •   Elaborar, monitorear, evaluar y retroalimentar políticas públicas en materia de seguridad pública y administración de justicia.
  •    Promover la toma de decisiones sobre política criminal basadas en el análisis científico.

Para llevar a cabo estas actuaciones, el Criminólogo aplica sus conocimientos en base a 3 líneas de investigación, también conocidas como niveles de estudio o de interpretación:

  •   Crimen (conductual): se refiere a la conducta antisocial.
  •  Criminal (individual): se refiere a la víctima y/o al agresor del hecho.
  •   Criminalidad (general): se refiere al conjunto de conductas antisociales, víctimas de conductas antisociales, agresores y/o el control social que se dan en un lugar, espacio y tiempo determinado.

Los niveles de interpretación son el análisis específico que se hace a determinado objeto de estudio de la Criminología apoyándose del método interdisciplinario[9] de investigación para obtener resultados más completos e integrales. (Figura No. 2).

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Figura No. 2. Proceso del uso de las líneas de investigación criminológicas y el método interdisciplinario de estudio, elaboración propia.

Un ejemplo del uso de las líneas de investigación y el método interdisciplinario de estudio se da cuando es necesario conocer el tipo de personalidad de un sujeto que ha cometido una conducta antisocial para prevenir que esta reincida, por tratarse del estudio de una persona en concreto (el probable agresor) y no de la conducta que se llevó a cabo, la línea de investigación que mejor se adapta a esta interrogante es el nivel criminal, el cual requiere de los conocimientos aportados por la psicología criminal. En cambio, si buscamos prevenir el fenómeno en una zona en donde las incidencias delictivas son muy altas, requeriríamos de un análisis de criminalidad, en donde los conocimientos e información aportados por la estadística criminal tomarán un papel más relevante al proveer información sobre el número de víctimas, características sociodemográficas de las víctimas, número de hechos de victimización (denunciados o no denunciados), tipo de delitos que se cometen (consumados o tentativas), número de agresores, características sociodemográficas de los agresores, tipo de armas utilizadas, lugar, espacio, hora, etc., información que permite dimensionar el fenómeno de manera más general.

Fuentes estadísticas sobre delincuencia y justicia penal

Los estudios de criminalidad por parte del criminólogo, que den sustento al desarrollo de políticas públicas y programas de prevención, requieren de información estadística basada en evidencias sólidas, las cuales también pueden usarse para evaluar y/o monitorear la eficacia de los programas gubernamentales para la prevención del delito.

Existen tres fuentes principales de información estadística para el estudio de la criminalidad: registros administrativos, censos y encuestas de victimización. Independientemente de la fuente utilizada, la información debe cumplir con estándares internacionales de calidad[10], es decir, información oficial, obtenida a partir de procesos con rigor metodológico, imparcial, con el mayor grado de desagregación posible, que permita una comparabilidad histórica y una comparabilidad a nivel nacional, regional e internacional[11], de lo contrario la información no sería lo suficientemente confiable para hacer inferencias válidas sobre el fenómeno y en consecuencia no podrían ser aprovechadas para los fines que persiguen.

Registros administrativos

Los registros administrativos se originaron como una herramienta para la gestión de recursos de las instituciones que forman parte del sistema de justicia tales como, Fuerzas Policiales, Fiscalías, Tribunales, Sistema penitenciario, etc., con el tiempo han evolucionado en sistemas que sirven principalmente para el análisis de políticas públicas. Estas Instituciones generan, recolectan y en ocasiones difunden datos relacionados con hechos delictivos, los cuales pueden contener información relativa a la edad, sexo, procedencia de la víctima y del agresor, hora, circunstancias y ubicación del hecho delictivo, así como del desarrollo, determinación y decisión de la justicia sobre un proceso penal. No obstante, por sí mimos presentan limitaciones, principalmente por la llamada “cifra obscura”, todos aquellos hechos delictivos que por diversas causas no son denunciados a las autoridades y en consecuencia no son perseguidos, cuyas cifras a nivel mundial se estiman que están por encima del 60% o incluso por encima del 90% como en el caso de México (Gráfico No. 1)

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Gráfico No. 1. Porcentaje de delitos no denunciados (“cifra obscura”), elaboración propia.

Censos

Los censos, en términos generales constituyen una fuente de información con cobertura geográfica y poblacional total, en otras palabras, provee información de interés de la totalidad de la población objetivo, como personas, viviendas o empresas. En materia de seguridad pública y justicia se llevan a cabo censos que permiten conocer el estado que guardan las instituciones públicas que integran a los Estados en todos los ámbitos (Federal, Estatal/Provincial, Municipal o Delegacional) así como de organismos autónomos, con el objetivo de apoyar los procesos de diseño, implementación, monitoreo y evaluación de políticas públicas en materia de gobierno, seguridad pública, procuración e impartición de justicia y sistema penitenciario. En México se han llevado a cabo al menos 27 censos de este tipo[12], por ejemplo, el Censo Nacional de Procuración de Justicia Federal, Censo Nacional de Transparencia, Acceso a la Información Pública y Protección de Datos Personales, Censo Nacional de Gobierno, Seguridad Pública y Sistema Penitenciario Estatales, Censo Nacional de Gobiernos Municipales y Delegacionales, etc., en Perú se realizó el Censo Nacional de Comisarías en 2012[13] y el primer Censo Nacional de Población Penitenciaria en 2016[14] y en la República del Paraguay se ha llevado a cabo en al menos dos ocasiones el Censo Nacional Penitenciario, en 2009 y 2013 respectivamente[15].

Los censos son posibles cuando existe una población identificable a la cual se puede acceder o cuando los recursos humanos y financieros son suficientes para su implementación, sin embargo, cuando el objetivo es conocer la victimización delictiva de un país, dado que no existe una lista del total de víctimas se debe recurrir a otros métodos de recolección de información.

Encuestas de victimización

Las encuestas de victimización son métodos estadísticos de investigación, que recopilan información acerca de las experiencias de victimización delictiva en base a un grupo básico de delitos, ocurridas o no en un periodo específico de tiempo, sobre un subconjunto representativo[16] de una población. Además de superar la barrera de la cifra obscura y las razones para no denunciar, permiten identificar aspectos claves relacionados con las víctimas, agresores, contexto de la victimización, tipo de delitos, también pueden ofrecer información sobre la percepción de seguridad, implementación de medidas de seguridad, cambio de hábitos, daños (físicos, psicológicos, patrimoniales) y costos económicos a causa del delito, el desempeño de las autoridades encargadas de la seguridad pública e impartición de justicia y ante una Agenda Mundial de Desarrollo Sostenible también permiten reportar los avances del Objetivo 16.

Por estas razones las encuestas de victimización han tomado importancia a nivel regional e internacional, sin embargo, aunque estas se han implementado desde principios de los años 70´s y de que existe un número considerable de encuestas de victimización realizadas en la región, lo cual denota el interés de los países para implementar este tipo de estudios, su desarrollo aún es muy limitado. La disponibilidad de recursos, la disparidad y el incipiente rigor metodológico para generar información de calidad que permita su comparabilidad, siguen representando un gran desafío. Bajo este contexto es que actualmente sólo hay 4 países en América Latina que han podido institucionalizar sus encuestas de victimización, el Instituto Nacional de Estadística (INE) de Chile con la Encuesta Nacional Urbana de Seguridad Ciudadana (ENUSC) desde el 2003[17]; el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) de México con la Encuesta Nacional de Victimización y Percepción sobre Seguridad Pública (ENVIPE)[18] desde el 2011, la cual sustituyó a la Encuesta Nacional sobre Seguridad (ENSI) llevada a cabo en 7 ocasiones de 2002 a 2010; el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE) de Colombia con la Encuesta de Convivencia y Seguridad Ciudadana (ECSC)[19] desde el 2012 y el Instituto Nacional de Estadística y Censo (INEC) de Panamá con la Encuesta Nacional de Victimización y Percepción de Seguridad Ciudadana (ENVIP) con su primer levantamiento a nivel nacional en 2016[20].

Uso de información estadística

La información proporcionada por las fuentes estadísticas sobre criminalidad permite al Criminólogo dimensionar la gravedad del problema (local, estatal, nacional, regional o internacional), hacer inferencias sobre el tipo de delincuencia que se lleva a cabo (relacionado con la pareja o familia, disturbios civiles, relacionado con delitos empresariales, pandillerismo, delincuencia organizada, terrorismo, etc.), le permite conocer las características de las víctimas para identificar factores de riesgo, espacios y horas con mayores posibilidades de victimización, a identificar las causas y mecanismos del fenómeno y cómo las características individuales, experiencias, factores ambientales, etc., interactúan para llevar a una persona a ser víctima o agresor, lo que a su vez le permite desarrollar explicaciones sobre criminalidad y sus tendencias, explicaciones que sirven como base racional para la toma de decisiones y para estimar los costos sociales y económicos en caso de no atender el problema desde su origen.

Cualquiera que sea el análisis hecho por el Criminólogo será con la finalidad de establecer la estrategia más adecuada de prevención antes de que ocurra la victimización por parte de la sociedad y de las autoridades, empero, aunque las instituciones de justicia penal son a menudo renuentes a apostar por prevención que no esté relacionada con el aumento de penas o la represión, ya que no muestra resultados inmediatos como la detención y castigo de las personas, el criminólogo también puede apoyar de otra formas, algunos ejemplos de ello son:

  •    Desarrollando o ejecutando planes de prevención primaria, secundaria y terciaria del crimen, adoptando una actitud proactiva adelantándose a su aparición.
  •   Dando respuesta a las necesidades de las víctimas, mediante la creación o ejecución de proyectos de asistencia integrales.
  •    Diseñando, elaborando o ejecutando campañas de prevención de la violencia en los colegios.
  •    Apoyando, promoviendo o colaborando con programas internacionales en la prevención del crimen.

Nuevos retos

De acuerdo a Ronald V. Clarke (2004), los avances tecnológicos han cambiado el entorno de la criminalidad y al mismo tiempo se han convertido en una forma de controlarla, el internet es un nuevo espacio para la comisión de conductas antisociales (Delitos cibernéticos) y una fuente de información sobre el fenómeno criminal que hace imprescindible el desarrollo de nuevas competencias por parte de los estudiosos del crimen. El señor Clarke prevé que estos cambios eventualmente sustituirán a la Criminología por otro tipo de disciplinas como la Estadística o la Informática y a los Criminólogos por Estadísticos e Ingenieros si no se mejoran las bases científicas, esto implica realizar cambios radicales en su misión, metodologías y teorías, sacrificando el rigor académico a fin de obtener resultados inmediatos. En otras palabras, los criminólogos deberán dejar a un lado la investigación, formulación de teorías y la prevención del fenómeno para intervenir de manera práctica en el proceso de justicia penal, desempeñando un papel como protector social a través del trabajo policial.

La postura de Clarke sobre la manera en que se debe hacer Criminología es muy radical, no obstante, el trabajo policial sí es una salida laboral para los criminólogos, aunque no la única, disciplinas como la Estadística y la Informática tienen sus propios objetos de estudio, metas y objetivos científicos que alcanzar, más que desplazar a la Criminología como la ciencia del crimen, son disciplinas que pueden ser complementarias del conocimiento Criminológico y a pesar de que ya se desarrollan trabajos en Criminología relacionados con el ser humano, la tecnología y la criminalidad[21], lo anterior se relaciona en parte con las afirmaciones de que, con el advenimiento de los grandes volúmenes de datos conocidos como “Big Data”[22], la teoría será irrelevante, los expertos disciplinarios serán sustituidos por programadores, analistas de datos y eventualmente por algoritmos de aprendizaje automático[23], al pasar de la explicación causal (por qué) de las cosas a la correlación entre variables (qué). Esto se justifica a partir de que al tener acceso a todos los datos (N= Todos) la exactitud y falta de información no será un problema, en consecuencia no hará falta investigar, comprobar ni explicar nada, sólo recopilar información, almacenarla, procesarla y “dejar que hable por sí misma”.

Lo cierto es, de acuerdo a Janet Chan y Lyria Bennet (2016), que no es el Big Data per se, sino una forma de usar Big Data lo que implica mayor riesgo para las ciencias sociales. Son pocos los ejemplos, pero Big Data está siendo utilizado por los criminólogos, y aunque es muy pronto para dar por hecho que los grandes volúmenes de datos serán el holocausto de la teoría y el exterminio de los científicos sociales, su llegada está transformando la manera en la que se desarrolla la Criminología. La primera se relaciona con el uso de Big Data como un tipo de datos para la investigación, la cual podrá ser complementaria de las fuentes tradicionales de información si se superan los aspectos metodológicos que afectan su calidad estadística. La segunda tiene que ver con el desarrollo de nuevas capacidades por parte del criminólogo, principalmente para el manejo de herramientas analíticas de grandes cantidades de daros. La tercera es sobre como dar sentido a tales datos y utilizarlos para resolver las problemáticas de violencia y delincuencia que afectan a una sociedad.

Reflexiones finales

La Criminología es una ciencia, cuyos objetos de estudio, la manera en que son abordados y su finalidad, la hacen única, autónoma y útil para la sociedad y el Criminólogo, es un profesional cuya función no sólo recae en el estudio y explicación del fenómeno criminal, sino gran parte en su prevención.

La ciencia criminológica se puede desarrollar de manera diferente alrededor del mundo, según antecedentes o épocas, desde inclinaciones clásicas, positivistas, clínicas, críticas, abolicionistas, demográficas, ambientales, del desarrollo, educativas, de género, estadísticas, tecnológicas, etc., la Criminología se puede abordar de diversos modos, adicionando nuevos enfoques que hacen a su teoría y praxis más dinámica, ya que el fenómeno criminal tampoco es estático, este evoluciona adaptándose a los cambios que trae consigo el desarrollo humano y social.

Independientemente de la concepción que se tenga sobre Criminología, ante una Agenda de Desarrollo Sostenible que demanda el uso de datos para la prevención de la delincuencia, la reducción de la violencia y el combate al crimen organizado, los criminólogos tendrán que desarrollar y/o mejorar sus habilidades cuantitativas y con el manejo de tecnológicas. Esto puede ser posible ya que el uso de información estadística no es un tema ajeno a la Criminología, además de que el método interdisciplinario de estudio permite hacer uso de los conocimientos especializados de otras ciencias para ampliar el campo de investigación, aunque sí puede involucrarse más en el proceso estadístico y el análisis de datos, para identificar y hacer uso de aquellas fuentes que proporcionan información estadística de calidad de otras que pueden darnos una idea sobre el fenómeno criminal que se encuentre fuera de la realidad. De igual manera, puede acercarse a aquellos profesionales que se desarrollan en el ámbito tecnológico e informático, para colaborar con ellos en el estudio del fenómeno criminal, es decir, planteando una migración de los criminólogos al universo de la tecnología.

En la medida en que los criminólogos desarrollen nuevas habilidades y actualicen sus conocimientos de acuerdo a la época, lugar, formas y necesidades de análisis del fenómeno criminal, podrán contribuir a que la Criminología se convierta en una ciencia de utilidad, que ayude a configurar estrategias que puedan adoptar los países respecto a la delincuencia y su prevención, para construir sociedades justas y desarrolladas. 

Citas

[1] DRAE o RAE (Diccionario de la Lengua Española), es el diccionario oficial de la Real Academia Española, la cual es responsable de regular la lingüística mediante la promulgación de normativas dirigidas a fomentar la unidad idiomática entre los diversos territorios que componen el mundo hispanohablante.

[2] El Médico y Antropólogo Ezechia Marco Lombroso, el Sociólogo Enrico Ferri y el Jurista Raffaele Garofalo conformaron la corriente positivista de la Criminología Italiana, con el propósito de crear una base rigurosa de conocimientos sobre el fenómeno criminal fundamentados en la aplicación del método empírico y la robustez científica.

[3]  De León Palomo, O. A. (2014). Definición moderna de la Criminología de México (pp. 53-59). México: Criminociencia.

[4]  El enfoque biop-psico-social de la criminología se argumenta a partir de la definición de persona de Carl Gustav Jung, como la complejidad de funciones biológicas, psicológicas y sociales únicas e irrepetibles que permiten al individuo adaptarse armónicamente a la realidad. En otras palabras, el ser humano es un ser vivo, con un organismo complejo que lleva a cabo procesos fisiológicos y que se conduce por impulsos derivados de instintos primitivos para conservar la vida y la salud; es un ente psíquico, que realiza procesos mentales producto del funcionamiento fisiológico del órgano llamado cerebro, el cual responde a estímulos internos y externos que le permiten tener conciencia de las cosas y darles un significado; y por último, es un ser que tiene contacto con otros seres humanos y animales, que convive con ellos ajustándose a un conjunto de reglas (morales, religiosas, sociales y jurídicas) en el medio ambiente que lo rodea.

[5] ONUDC. (2010). Manual para Encuestas de Victimización (pp. 1-6). Ginebra: Comisión Económica de las Naciones Unidas para Europa.

[6]  BID. (2017). Los costos del Crimen y de la violencia. Nueva evidencia y hallazgos en América Latina y el Caribe. Washingtong: Banco Interamericano de Desarrollo. Recuperado de:  https://publications.iadb.org/bitstream/handle/11319/8133/Los-costos-del-crimen-y-de-la-violencia-nueva-evidencia-y-hallazgos-en-America-Latina-y-el-Caribe.pdf?sequence=8

[7]  El 25 de septiembre de 2015, los líderes mundiales adoptaron un conjunto de objetivos globales para erradicar la pobreza, proteger el planeta y asegurar la prosperidad para todos como parte de una nueva agenda de desarrollo sostenible. Cada objetivo tiene metas específicas que deben alcanzarse en los próximos 15 años.

[8] criminalista se trata de un experto en una ciencia, arte u oficio, cuya función principal es la de emitir una opinión técnico-científica a petición de alguna de las partes implicadas en un proceso penal.

[9]  La interdisciplina se refiere al uso de los conocimientos, habilidades y actitudes específicos de diferentes ciencias para explicar eventualmente un fenómeno.

[10]  Establecidos en los Principios Fundamentales de las Estadísticas Oficiales aprobados por la Comisión de Estadística de las Naciones Unidas en 1994.

[11]  Navarrete, T. (14 de noviembre de 2016). Importancia de la Calidad Estadística en la medición del Objetivo de Desarrollo Sostenible 16 [Mensaje en un blog]. Centro de Excelencia para Información Estadística de Gobierno, Seguridad Pública, Victimización y Justicia. Recuperado de: <https://cdeunodc.wordpress.com/2016/11/14/importancia-de-la-calidad-estadistica-en-la-medicion-del-objetivo-de-desarrollo-sostenible-16/&gt;

[12]  Instituto Nacional de Estadística y Geografía. Recuperado de: http://www.inegi.org.mx/est/contenidos/proyectos/censosgobierno/

[13]  Instituto Nacional de Estadística e Informática. Recuperado de:  

https://www.inei.gob.pe/media/MenuRecursivo/censos/cenacomResultadosDefinitivos/index.html

[14] Instituto Nacional de Estadística e Informática. Recuperado de: https://www.inei.gob.pe/media/MenuRecursivo/publicaciones_digitales/Est/Lib1364/index.html

[15] Ministerio de Justicia de la República de Paraguay. Recuperado de: http://www.ministeriodejusticia.gov.py/index.php/censo-nacional-penitenciario

[16]  El término representativo se refiere a que a partir de un subconjunto poblacional (muestra), se puede estimar con grado de precisión las características de interés de la población total.

[17]  ENUSC. Recuperado de: http://www.ine.cl/canales/chile_estadistico/encuestas_seguridadciudadana/encuestaseguridad.php

[18]  ENVIPE. Recuperado de: http://www.beta.inegi.org.mx/proyectos/enchogares/regulares/envipe/2016/

[19]  ECSC. Recuperado de: http://www.dane.gov.co/index.php/estadisticas-por-tema/seguridad-y-defensa/encuesta-de-convivencia-y-seguridad-ciudadana-ecsc

[20]  ENVIP. Recuperado de: https://www.contraloria.gob.pa/inec/

[21] Clarke V. R. (2004). Technology, Criminology and Crime Science. European Journal on Criminal Policy and Research, 10(1), 55-63.

Janet C., Lyria B. M. (2016). Is Big Data chanllenging criminology?, Theoretical Criminology. 20(1), 21-39.

Sanllehi Agustina J. R. (2009). La arquitectura digital de internet como factor criminógeno: Estrategia de prevención frente a la delincuencia virtual. International E-Journal of Criminal Sciences.  Y Esquinas Silva A., González A., González G., Portales Pérez C., Servera J. M. (2016). Cyborg is coming: El cibermundo desde el prisma criminológico.

[22]  Big Data se puede definir de muchas maneras en referencia al tamaño, tipo de conjuntos de datos que se emplean, las capacidades de un sistema de almacenamiento y/o análisis de datos , pero es más apropiadamente vista como un fenómeno cultural, tecnológico y académico que se basa en la interacción de tres elementos: Tecnología, Análisis y Mitología.

[23] Un ordenador que ejecuta una lista de instrucciones que le permiten hacer predicciones sobre una base de datos históricos.

Bibliografía

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